sábado, 7 de diciembre de 2013

EL APIO (Apium graveolaens)

EL APIO
Fuente: “ Alimentos medicina milagrosa”
El apio tiene una larga y prestigiosa historia de uso, primero como medicina y luego como un alimento. La mención inicial de las propiedades medicinales de las hojas de apio se remonta al siglo IX A.C, cuando el apio hizo una aparición en la Odisea, la obra del poeta griego Homero.
El Apio ya resulta mencionado por griegos y egipcios que utilizaban esta planta para adornar los sepulcros.
Tal vez fue el hambre que azotó la Edad Media la que hizo que perdiera esta función ornamental y pasara a ser definitivamente una planta alimenticia. Los árabes la apreciaban por sus cualidades medicinales y no sin razón ya que es un gran tónico nervioso que contribuye a la remineralización del organismo
A partir de la Edad Media el uso del apio pasó de ser medicinal a incorporarlo a la cocina.
Lo podemos tomar cocinado en sopas o guisos, también en ensalada  y en jugo.

USO MEDICINAL
El apio es de gran importancia porque goza de propiedades diuréticas, estimulantes, expectorantes, tónicas, aperitivas, carminativas, febrífugas, antipalúdicas, emenagogas, etc., y además es de mucho valor por su riqueza en vitaminas y sales minerales.
Es un poderoso alcalino que neutraliza los ácidos del organismo, algunos de los valiosos elementos orgánicos que se encuentran en el apio son: sodio, potasio, hierro, magnesio, calcio, cloro, azufre, silicio, fósforo y aun cobre.
De todos los alimentos comunes, el apio ocupa el lugar más alto en contenido de sodio, pues éste disuelve las toxinas del cuerpo, ayuda a formar las secreciones de la boca, la vesícula biliar y el páncreas.
Un déficit de sodio en la sangre, dificulta la absorción de suficiente oxígeno para quemar el carbono de los alimentos, y esto conduce a la diabetes.
El sodio ayuda a formar la bilis, también la mantiene liquida, y por esto es ayudado el hígado perezoso. Por medio del sistema linfático filtra las sustancias venenosas fuera de la corriente sanguínea, y por esta razón ha sido llamado “el más grande neutralizador de productos de desecho”, que conoce la ciencia.
Además de la vitamina B, el apio es rico en la vitamina A que protege contra las enfermedades de los ojos; de la vitamina C que previene el escorbuto, y regular en la vitamina G que defiende de la pelagra.
El apio es esencialmente diurético y ha sido encomiado por algunos científicos contra el reumatismo y la gota, y para ello puede usarse en caldo o sopas.
El apio comido crudo en ensaladas, o cocido junto con otros alimentos, constituye un alimento vigorizador y fortificante de los nervios, en los casos de debilidad.
Cortado y macerado el apio en agua fría, constituye una buena bebida depurativa y aperitiva, para los artríticos, tomada entre las comidas.
Para hacer disminuir la secreción láctea en las mujeres, se suministrara como remedio infusión de apio, la cantidad de 200 gramos por litro de agua, en la dosis de una taza pequeña cada 3 horas. También se puede usar con este mismo propósito la raíz, haciendo una infusión con 30 o 40 gramos por litro de agua.